Un sistema de escritura cuya complejidad es única en el mundo; sin embargo, la potencia económica del país hace del japonés un idioma extremadamente importante en el campo del comercio internacional. Con 60 millones de hablantes (segundo mercado mundial de Internet) el país del sol naciente no tiene por qué temer por su lengua, la cual ocupa con orgullo un puesto de honor entre las más importantes del orbe.
El japonés, idioma común de unos 120 millones de personas, adoptó del chino una parte importante de su vocabulario, así como la base de su escritura, pero aún así permanece fundamentalmente diferente de su gigantesco vecino. Aunque presenta notables similitudes con el coreano y con el grupo de lenguas llamadas altaicas (mongol, manchú, turco...), el japonés (y sus dialectos) constituye por sí mismo la parte esencial de la familia japonesa. El japonés estándar se denomina hyoojungo: se trata del dialecto de Tokio. Se pueden distinguir los diversos dialectos japoneses del Este al Oeste: el dialecto de Tokio, el dialecto de Kanazawa, el dialecto de Kyoto, el dialecto de Ehime y el dialecto de Okinawa. Mientras que los dialectos del Este son más próximos a la normativa oficial y los del Oeste, más cercanos al dialecto de Osaka, el dialecto de Okinawa (con aproximadamente un millón de hablantes) se mantiene alejado de todos los demás. Con más del 99% de sus ciudadanos hablando japonés como lengua materna, Japón es uno de los países más homogéneos del mundo desde el punto de vista lingüístico.
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